Las
economías no occidentales en vísperas de la expansión occidental.
1. El mundo árabe.
El Islam
tuvo origen en Arabia en el S.VII. Su fundador fue el profeta Mahoma. Pronto
sus seguidores estallaron con la furia del viento desierto, y en cien años
habían conquistado un enorme imperio que se extendía desde Asia Central hasta
España, a través de Oriente Medio y el norte de África.
Los
árabes originarios eran principalmente nómadas, aunque algunos practicaban
agricultura de oasis y tenían unos pocos centros urbanos, como La Meca y
Medina. Aunque el potencial agrícola de su territorio era limitado, su
localización geográfica le confería grandes posibilidades comerciales.
Introdujeron también nuevos cultivos: arroz, caña de azúcar, algodón, cítricos,
sandía y otros frutos y verduras. En algunos casos eran plantas procedentes de
la India o de otros lugares de Asia y África.
Uno de
los principios del Islam era la jihad o guerra santa contra los paganos.
Como
consecuencia de sus conquistas en el Imperio romano de Oriente, los árabes
hicieron suyo gran parte del saber de la Grecia clásica. Durante la Edad Media
europea, los científicos y filósofos árabes junto con los chinos estuvieron a
la cabeza del mundo.
2. El imperio
otomano.
Entre
aquellos pueblos que aceptaron el Islam como religión se contó una serie de
tribus turcas nómadas de Asia Central. Tamerlán, famoso por su crueldad,
conquistó Persia a finales del S.XIV. Su imperio tuvo una corta vida, pero otro
conquistador, Ismael, fundó a principios del siglo XVI la dinastía Safawí, que
gobernó Persia hasta el S.XVIII.
Durante
el S.XVI continuaron su expansión, apoderándose de territorios en el Cercano y
Medio Oriente que previamente los árabes habían arrebatado al imperio
bizantino, además de otros en el norte de África; en Europa conquistaron Grecia
y los Balcanes, y en 1683 llegaron a las puertas de Viena, siendo allí
rechazados hasta Hungría.
El
imperio de los turcos no contaba con un mercado común. Todos los territorios
ocupados siguieron realizando la misma actividad que antes de ser ocupada. La
agricultura era la principal ocupación de los súbditos del sultán.
Los
turcos tuvieron en Europa mala fama de violentos y rapaces, aunque esta era
exagerada.
3. Asia Oriental.
La
civilización china presenta uno de los desarrollos más autónomos que han
existido. Raramente experimentó influencias extranjeras, y cuando ocurrió no
tardaron en ser absorbidas e integradas en la tradición china. Las dinastías
surgían y caían, habiendo a veces entre una y otra períodos de anarquía y
“estados en guerra”, pero la civilización china característica siguió su
desarrollo a lo largo de unas líneas que parecen trazadas de antemano.
La cuna
de la civilización china estaba situada en el curso medio del valle del río Amarillo,
donde el fértil suelo de loes que depositan los vientos procedentes de Asia
Central permitía fácilmente el cultivo. El alimento básico era el mijo, que
posteriormente sería complementado con trigo, cebada y arroz.
A partir
de esta agricultura productiva se produjo crecimiento urbano. Los trabajos en
bronce alcanzaron un alto nivel de desarrollo. La manufactura de tejidos de
seda se originó en China en fecha muy temprana.
El
resultado fue una emisión excesiva e inflación. En general, los chinos alcanzaron
antes que Occidente un grado bastante alto de desarrollo técnico y científico,
aunque ningún desarrollo de los que alcanzó les llevó a la era industrial.
Por otro
lado, la fertilidad de su población hizo que la población pasase de 50 millones
(año 600 d.C.) al doble en solo 600 años.
En el
siglo XIII se produjeron una serie de acontecimientos que afectaron
profundamente no sólo a China, sino a toda Eurasia. Fue la irrupción de los
mongoles, bajo el mando de Genghis Khan.
En Asia
central y en oriente medio se convirtieron al Islam y se fusionaron con sus
aliados turcos y con la población indígena. En China se asienta la dinastía
Yuan (1260-1368) a la usanza china y adoptaron las costumbres chinas, pero
intentaron mantener su diferenciación étnica, lo que llevó a su derrocamiento
al cabo de poco más de un siglo.
La
dinastía Ming (1368-1644) restableció las costumbres tradicionales chinas,
especialmente el confucionismo y el sistema mandarín. En 1421 los Ming
trasladaron la capital de Nanking a Pekín. La especialización regional se hizo
más pronunciada. Pero lo más notable de todo fue que los chinos comenzaron a
comerciar con regiones de ultramar.
Corea y
Japón se desarrollaron inmediatamente después de la civilización china y en
gran parte a imitación suya.
4. Asia Meridional.
El
subcontinente indio tiene aproximadamente el mismo tamaño que la Europa que
queda al oeste de la antigua Unión Soviética. A lo largo de su historia ha
visto surgir y caer una sorprendente colección de principados, reinos e
imperios.
La
población aborigen del subcontinente quizá tuviera relación con la de
Australia. No obstante, a lo largo de siglos, puede que milenios, se acrecentó
por oleadas de emigrantes e invasores.
En la
economía, más impacto que los gobiernos tuvo la religión. La primitiva religión
original fue el hinduismo, que fue desarrollándose con variantes.
Uno de
los modos en que la religión interfirió en la economía fue a través del sistema
hindú de castas. La casta venía determinada principalmente por la ocupación,
pero parece ser que en su origen tuvo también un elemento étnico.
A la
ocupación más baja correspondía el estatus más bajo, y algunos eran
“intocables” y hasta “indignos de ver”.
Otro
elemento de la religión hindú enemigo del progreso económico fue su veneración
por el ganado vacuno.
La gran
mayoría de la población se dedicaba a la agricultura. El sudeste asiático,
Indonesia incluida, aportó dos contribuciones importantes a la civilización
mundial. En primer lugar el arroz, y en segundo las especias.
Durante
la Edad Media europea se crearon incipientes naciones-estado, como el reino de
Pagan, en la actual Birmania y el de Ayudhya en la actual Tailandia, que en el
S.XVII aceptó un embajador del rey de Francia, Luis XIV.
Los
musulmanes, árabes o no, fueron los principales intermediarios ente la India e
Indonesia; también fueron ellos los principales intermediarios entre la India e
Indonesia; también fueron ellos los responsables de la difusión del Islam por
toda Indonesia.
5. África.
La historia
del norte de África está íntimamente relacionada con la historia europea. El
África Subsahariana, por su parte, raramente se vio afectada por los
acontecimientos europeos o de cualquier otra parte del mundo hasta el S.XVI, o
incluso el XIX
La
historia escrita de África empieza en el antiguo Egipto. Los fenicios
recorrieron toda la costa africana; Cartago, colonia suya, rivalizó con Roma
por el control del Mediterráneo. La repentina embestida del Islam convirtió a
éste en un lago musulmán por un breve tiempo a principios de la Edad Media. Si
bien separada de Europa tanto por la religión como por las aguas.
La
economía del norte de África era muy similar a la de la Europa mediterránea.
Allí donde se diera un adecuado régimen de lluvias se cultivaban cereales y en
los demás sitios predominaba el pastoreo nómada.
Su
población era variada. Aunque los habitantes originales eran de piel oscura o
negra, existía enorme diversidad étnica, racial y lingüística. El grupo social
básico era la tribu.
La
economía era también diversa, yendo desde la caza y recolección más primitiva,
hasta una agricultura y ganadería bastante complejas que se practicaban en la sabana
y otros espacios abiertos. El comercio era casi ubicuo, dándose incluso entre
los cazadores-recolectores, siempre que tuviesen contacto con otros grupos
sociales. En África oriental se utilizaba como dinero conchas para obviar la
necesidad de trueque. El transporte de cargas a lo largo de los ríos se hacía
generalmente por medio de canoas. Por tierra lo hacían porteadores sobre su
cabeza.
6. Las Américas.
Mucho
antes del principio de la era cristiana del Viejo Mundo, el Nuevo mundo estaba
ya poblado desde lo que ahora son Canadá y Alaska en el norte hasta la
Patagonia y Tierra del Fuego en el sur.
La densidad
de población era directamente proporcional a la productividad de la economía:
era mayor en las áreas cuyos habitantes practicaban agricultura sedentaria y
menor en aquellas cuya población vivía aún de la caza y la recolección.
Los
amerindios descubrieron la agricultura, pero no todos ellos la practicaban.
Habían alcanzado un alto nivel de desarrollo. El cultivo básico era el maíz, el
tomate, la calabaza, las judías y la patata. También el mercado y el comercio
se dieron desde temprano.
La
civilización maya surgió más o menos en esta época o un poco después. Sus
construcciones más características eran sus enormes pirámides con templos en la
parte superior.
Los
indios del sudoeste de los EE.UU. practicaban también la agricultura de regadío
y construyeron sentamientos urbanos que merecen el calificativo de pueblos, si
no de ciudades, con casas de varias habitaciones y almacenes. En la región
norte de los Grandes Lagos fabricaban herramientas y armas de cobre a partir
del mineral local. Más al este hacían puntas y cuchillos de pizarra y pedernal
semejantes a las de cobre. Casi todos los amerindios elaboraban cerámica y
cestería.
El resto
de los habitantes de las Américas sobrevivían primitivamente a base de la caza
y recolección en esos continentes vastos, pero escasamente poblados.
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