jueves, 12 de julio de 2012

El desarrollo económico en la Europa medieval - Apuntes



El desarrollo económico en la Europa medieval.

1. La base agraria.

En la Europa medieval aumentó el tamaño de las instituciones agrarias y rurales.

A partir del S. VIII los francos y otros pueblos europeos se vieron amenazados por nuevas hordas de invasores. En 711 el reino visigodo de España fue invadido y rápidamente derrotado por musulmanes provenientes del norte de África. Aunque los francos hicieron retroceder a los musulmanes al otro lado de los  Pirineos, éstos conquistaron algunos territorios, volviendo el Mediterráneo prácticamente musulmán.

Los vikingos dominaron las Islas Británicas y conquistaron Normandía. Para hacer frente a estas amenazas los reyes francos idearon un sistema de relaciones políticas y militares, posteriormente denominado feudalismo. El mandamiento directo de tales tropas resultaba imposible. La solución consistió en otorgar a los guerreros las rentas de las grandes haciendas, quedando estas bajo su custodia y protección. Tras las invasiones de los bárbaros, el manor (grandes fincas de la aristocracia pasan a ser haciendas autosuficientes, en los que los campesinos quedan ligados a esa tierra) pasa a ser la base económica del sistema feudal. La tierra cultivable del manor; incluía la manor house, los graneros, los esclabos, la forja, los jardines y acaso los huertos viñedos.

El ideal feudal era “ninguna tierra sin señor, ningún señor sin tierra”.

Los campesinos vivían en pueblos apretados a los pies de la muralla de la manor house o en sus cercanías.

2. La sociedad rural.

Dentro de la población rural había diversas categorías o grados según el nivel social. La teoría del feudalismo plenamente desarrollada dividía la sociedad en 3 órdenes:

  • Los señores, que proporcionaban protección y mantenían el orden.
  • La clase dirigente (menos del 5%). Formaba una pirámide social que va desde el rey hasta la cúspide, pasando por los grandes nobles, hasta los caballeros de categoría inferior en la base.
  •  El orden clerical, distinguiendo entre el clero regular y el secular.

Existían diferentes categorías sociales incluso entre la población campesina. En términos generales, había dos: hombres libres y siervos. Aunque con el transcurso de los siglos hasta la revolución francesa estas diferencias se han ido disminuyendo.

5. La expansión de Europa.

Resulta imposible evaluar con exactitud la población medieval, pero se ha calculado que alrededor del año 1000 la Europa Occidental era de 12 a 15 millones de personas. La población de la Europa cristiana en aquella fecha probablemente era de 18 a 20 millones de habitantes. A principios del siglo XIV la población de Europa Occidental estaba probablemente entre los 45 y 50 millones, y la de todo el continente entre 60 y 70 millones.

Si aumenta la tasa de natalidad o disminuye la de mortalidad, crece la población. Por datos parciales de Europa Occidental y por analogía con otras sociedades tradicionales se cree que las tasas brutas de natalidad y mortalidad eran alrededor de 35 ó 40 por mil al año.

¿Cómo se distribuyó esta población y a qué actividades, productivas o de otro tipo, se dedicó? Hubo ante todo un notable aumento de la población urbana. La mayor parte siguió dedicándose a la agricultura, distribuyéndose de tres maneras. Primero, aumentó la densidad media de los asentamientos existentes. Segundo, se empezaron a cultivar terrenos que hasta entonces eran yermos y despoblados. Y finalmente, para dar cabida a su mayor número de habitantes, la civilización europea se expandió geográficamente.

La reconquista cristiana de la península empezó seriamente en el S. X coincidiendo con el crecimiento demográfico europeo, y en el S.XIII, 9 décimas partes de la península ya estaban en manos cristianas. A finales del siglo XI, cuando la reconquista de España y Portugal estaba en plena marcha, algunos guerreros normandos bajaron hasta Sicilia y emprendieron su conquista a los musulmanes.

Alemania se expande a lo que ahora es conocido como Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía y Lituania, dando prueba de su vitalidad económica.

Los emperadores del Sacro Imperio Romano (Germano) impusieron su soberanía en gran parte de Europa orienta. A mediados del siglo XI una serie de colonos alemanes empezaron a extenderse hacia el este. Los resultados económicos globales de esta expansión se pueden resumir en: difusión de una tecnología más avanzada, importante incremento de la población debido a un aumento natural y a la emigración.

9. La crisis de la economía medieval.

En 1348 una epidemia de peste bubónica (peste negra) llegó a Europa procedente de Asia. Extendiéndose rápidamente a través de las principales rutas comerciales, durante dos años asoló toda Europa. La población total europea se redujo probablemente a menos de dos terceras partes.

 Aparte de la miseria que engendró la peste, en los siglos XIV y XV, una serie de guerras alcanzaron una gran intensidad y violencia.  Durante la Guerra de los Cien Años (1338-1453) entre Francia e Inglaterra, una política deliberada de saqueo y destrucción llevó a que grandes zonas del oeste de Francia quedaran totalmente devastadas. La Peste Negra constituyó el episodio más decisivo de la crisis de la economía medieval, pero no fue ni la causa de tal crisis.

La Hambruna de 1315-1317 afectó a todo el norte de Europa. Un precario abastecimiento de alimentos y unos servicios sanitarios insuficientes en unas ciudades cada vez más congestionadas hicieron a sus habitantes mucho más vulnerables a epidemias, de las cuales la peor fue la Peste Negra. Hay pruebas de que en el siglo XIV se produjo un deterioro climatológico. En el norte de Europa, al menos, los inviernos se hicieron más largos, fríos y húmedos.

A finales del S.XIII se interrumpieron las talas de bosques que en siglos anteriores se habías producido de forma constante. En áreas como España e Italia hay pruebas de que la deforestación contribuyó a la erosión del suelo y a la pérdida de fertilidad. La escasez de fertilizante había sido uno de los problemas constantes en la economía feudal, y la disminución del ganado lo agravó. Los esfuerzos para aumentar la productividad produjeron un cierto efecto en algunas regiones, pero los esfuerzos no se llevaron a cabo con rapidez y sus resultados no fueron lo suficientes substanciales como para compensar los rendimientos decrecientes de las agotadas tierras marginales. Para reforzar sus menguantes ingresos, bien para sacar partido de la favorable relación precio-salario, muchos señores decidieron volver a ocuparse del cultivo de su propio demesne, a veces aumentado éste a expensas de los pastos o incluso de las tierras de los campesinos, e intentando volver a imponer los servicios en trabajo.

La Peste Negra intensificó enormemente las tensiones y conflictos sociales. En la segunda mitad del S.XIV en toda Europa se produjeron insurrecciones, sublevaciones y guerras civiles. Si bien no todas estaban motivadas por el control salarial, todas estaban, de un modo u otro, relacionadas con el súbito cambio en las condiciones económicas que el hambre, la guerra y la peste habían traído consigo.

Aunque las sublevaciones raramente consiguieron sus objetivos, el cambio en las condiciones económicas supuso para los campesinos de Europa Occidental la libertad de las ataduras feudales.

La Gran Peste y las calamidades del siglo XIV a ella asociadas, si bien espantosas, vinieron a ser un fuerte purgante que abrió camino a un periodo de crecimiento y desarrollo renovados que se inició en el siglo XV.

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