El
desarrollo económico en la
Europa medieval.
1. La base agraria.
En la Europa medieval aumentó el
tamaño de las instituciones agrarias y rurales.
A partir
del S. VIII los francos y otros pueblos europeos se vieron amenazados por
nuevas hordas de invasores. En 711 el reino visigodo de España fue invadido y
rápidamente derrotado por musulmanes provenientes del norte de África. Aunque
los francos hicieron retroceder a los musulmanes al otro lado de los Pirineos, éstos conquistaron algunos
territorios, volviendo el Mediterráneo prácticamente musulmán.
Los
vikingos dominaron las Islas Británicas y conquistaron Normandía. Para hacer
frente a estas amenazas los reyes francos idearon un sistema de relaciones
políticas y militares, posteriormente denominado feudalismo. El mandamiento
directo de tales tropas resultaba imposible. La solución consistió en otorgar a
los guerreros las rentas de las grandes haciendas, quedando estas bajo su
custodia y protección. Tras las invasiones de los bárbaros, el manor (grandes
fincas de la aristocracia pasan a ser haciendas autosuficientes, en los que los
campesinos quedan ligados a esa tierra) pasa a ser la base económica del
sistema feudal. La tierra cultivable del manor; incluía la manor house, los
graneros, los esclabos, la forja, los jardines y acaso los huertos viñedos.
El ideal
feudal era “ninguna tierra sin señor, ningún señor sin tierra”.
Los
campesinos vivían en pueblos apretados a los pies de la muralla de la manor
house o en sus cercanías.
2. La sociedad
rural.
Dentro de
la población rural había diversas categorías o grados según el nivel social. La
teoría del feudalismo plenamente desarrollada dividía la sociedad en 3 órdenes:
- Los señores, que
proporcionaban protección y mantenían el orden.
- La clase dirigente (menos del
5%). Formaba una pirámide social que va desde el rey hasta la cúspide,
pasando por los grandes nobles, hasta los caballeros de categoría inferior
en la base.
- El orden clerical, distinguiendo entre el
clero regular y el secular.
Existían
diferentes categorías sociales incluso entre la población campesina. En
términos generales, había dos: hombres libres y siervos. Aunque con el
transcurso de los siglos hasta la revolución francesa estas diferencias se han
ido disminuyendo.
5. La expansión de
Europa.
Resulta
imposible evaluar con exactitud la población medieval, pero se ha calculado que
alrededor del año 1000 la Europa Occidental
era de 12 a
15 millones de personas. La población de la Europa cristiana en aquella fecha probablemente
era de 18 a
20 millones de habitantes. A principios del siglo XIV la población de Europa
Occidental estaba probablemente entre los 45 y 50 millones, y la de todo el
continente entre 60 y 70 millones.
Si
aumenta la tasa de natalidad o disminuye la de mortalidad, crece la población.
Por datos parciales de Europa Occidental y por analogía con otras sociedades
tradicionales se cree que las tasas brutas de natalidad y mortalidad eran
alrededor de 35 ó 40 por mil al año.
¿Cómo se
distribuyó esta población y a qué actividades, productivas o de otro tipo, se
dedicó? Hubo ante todo un notable aumento de la población urbana. La mayor
parte siguió dedicándose a la agricultura, distribuyéndose de tres maneras.
Primero, aumentó la densidad media de los asentamientos existentes. Segundo, se
empezaron a cultivar terrenos que hasta entonces eran yermos y despoblados. Y
finalmente, para dar cabida a su mayor número de habitantes, la civilización
europea se expandió geográficamente.
La
reconquista cristiana de la península empezó seriamente en el S. X coincidiendo
con el crecimiento demográfico europeo, y en el S.XIII, 9 décimas partes de la
península ya estaban en manos cristianas. A finales del siglo XI, cuando la
reconquista de España y Portugal estaba en plena marcha, algunos guerreros
normandos bajaron hasta Sicilia y emprendieron su conquista a los musulmanes.
Alemania
se expande a lo que ahora es conocido como Polonia, Checoslovaquia, Hungría,
Rumanía y Lituania, dando prueba de su vitalidad económica.
Los
emperadores del Sacro Imperio Romano (Germano) impusieron su soberanía en gran
parte de Europa orienta. A mediados del siglo XI una serie de colonos alemanes
empezaron a extenderse hacia el este. Los resultados económicos globales de
esta expansión se pueden resumir en: difusión de una tecnología más avanzada,
importante incremento de la población debido a un aumento natural y a la
emigración.
9. La crisis de la
economía medieval.
En 1348
una epidemia de peste bubónica (peste negra) llegó a Europa procedente de Asia.
Extendiéndose rápidamente a través de las principales rutas comerciales,
durante dos años asoló toda Europa. La población total europea se redujo
probablemente a menos de dos terceras partes.
Aparte de la miseria que engendró la peste, en
los siglos XIV y XV, una serie de guerras alcanzaron una gran intensidad y
violencia. Durante la Guerra de los Cien Años
(1338-1453) entre Francia e Inglaterra, una política deliberada de saqueo y
destrucción llevó a que grandes zonas del oeste de Francia quedaran totalmente
devastadas. La Peste Negra
constituyó el episodio más decisivo de la crisis de la economía medieval, pero
no fue ni la causa de tal crisis.
A finales
del S.XIII se interrumpieron las talas de bosques que en siglos anteriores se
habías producido de forma constante. En áreas como España e Italia hay pruebas
de que la deforestación contribuyó a la erosión del suelo y a la pérdida de
fertilidad. La escasez de fertilizante había sido uno de los problemas
constantes en la economía feudal, y la disminución del ganado lo agravó. Los
esfuerzos para aumentar la productividad produjeron un cierto efecto en algunas
regiones, pero los esfuerzos no se llevaron a cabo con rapidez y sus resultados
no fueron lo suficientes substanciales como para compensar los rendimientos
decrecientes de las agotadas tierras marginales. Para reforzar sus menguantes
ingresos, bien para sacar partido de la favorable relación precio-salario,
muchos señores decidieron volver a ocuparse del cultivo de su propio demesne, a
veces aumentado éste a expensas de los pastos o incluso de las tierras de los
campesinos, e intentando volver a imponer los servicios en trabajo.
Aunque
las sublevaciones raramente consiguieron sus objetivos, el cambio en las
condiciones económicas supuso para los campesinos de Europa Occidental la
libertad de las ataduras feudales.
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